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¿Cómo prevenir los golpes de calor en adultos mayores?
Categoría | Médico de Cabecera
26/02/2018

¿Cómo prevenir los golpes de calor en adultos mayores?

Índice de contenidos

De todos los trastornos que pueden ser causados por las altas temperaturas, el golpe de calor es uno de los más peligrosos. Podría incluso llegar a ser mortal. Y por diferentes motivos que explicaremos más adelante, los adultos mayores son muy proclives a sufrirlo.

El golpe de calor se produce cuando nuestro organismo no es capaz de controlar su temperatura interna, pudiendo llegar a los 41° C. Todos tenemos un sistema que funciona como termostato, regulando nuestra temperatura interior con respecto a la ambiental. Sin embargo, en los ancianos, este sistema puede fallar.

¿Por qué corren más riesgo los adultos mayores?

Por diversos motivos. El primero es que, con los años, puede ir disminuyendo nuestra capacidad para adaptarnos rápidamente a los cambios de temperatura repentinos. Por otro lado, algunas condiciones o afecciones médicas también pueden afectarnos en este sentido.

Por ejemplo, la obesidad, el sedentarismo, las enfermedades coronarias y la mala circulación pueden disminuir nuestra capacidad para auto regular la temperatura. No olvidemos que nuestro mecanismo para enfriar el cuerpo es la sudoración, y hay enfermedades que hacen que este sistema ya no sea tan efectivo.

A esto se suma que los adultos mayores a menudo deben consumir una variedad de fármacos para diversas afecciones, lo cual también puede causar efectos secundarios. Como resultado, la persona no regula adecuadamente su temperatura en días demasiado calurosos, y puede pasar los 40°C en un lapso de 10  o 15 minutos.

Síntomas del golpe de calor

Entre los principales se encuentran las temperaturas muy elevadas, aceleración del pulso, confusión y desorientación. Por otro lado, la persona afectada no suda y tiene la piel seca, enrojecida y caliente. Puede presentarse también cansancio, náuseas o vómitos, y calambres.

Los dolores de cabeza también suelen ser un síntoma del golpe de calor. La boca se siente pastosa, seca, no hay salivación y se experimenta una sed intensa. El afectado tiene escalofríos, puede hablar sin sentido o estar incapacitado para responder, e incluso perder el conocimiento.

¿Qué hacer ante un golpe de calor?

Lo primero es llevar a la persona hacia un lugar más fresco o bajo sombra, de preferencia con ventiladores o aire acondicionado. De no haber ningún sitio cercano, debemos conseguir una sombrilla o improvisar una con lo que tengamos a mano. Es primordial evitar que su temperatura siga subiendo.

Para evitar que el afectado pierda el conocimiento, será necesario acostarlo y subir sus piernas por encima del pecho, esto hará que la sangre circule con más fluidez hacia la cabeza. Evitemos la aglomeración de gente, para que la persona reciba el aire que necesita. Una vez hecho esto, podremos llamar a una ambulancia.

Mientras esta llega, sería ideal si tuviéramos agua cerca. De ser ese el caso, moja un pañuelo o tela y aplícaselo a la persona en la frente, la nuca, la cara interna de los muslos y los antebrazos. Y si puedes directamente mojar a la persona, mucho mejor, para ir bajando su temperatura.

También será de gran ayuda darle de beber, poco a poco, ya que tomar mucha agua de golpe puede inducirle vómitos, empeorando su cuadro de deshidratación. La idea es ir estabilizando su temperatura, por lo menos hasta llegar a 38°C, mientras llega ayuda profesional.

La importancia de prevenir

No es recomendable que un adulto mayor esté mucho tiempo caminando bajo el sol, sobre todo entre las 11 y las 5 pm, horas en que la radiación es más fuerte. Además, hay que asegurarse de que la persona esté adecuadamente hidratada, dándole de beber agua, refrescos o jugos constantemente.

Es importante también que vistan con ropa ligera, y usen gorra o sombrero. En cuanto a la alimentación, lo mejor son las comidas ligeras, como pescados y ensaladas. También se deben evitar los platos demasiado abundantes y calientes, ya que pueden ocasionar un aumento repentino de temperatura.

Como ya indicamos, algunas patologías como la diabetes, hipertensión o las enfermedades cardíacas pueden incrementar el riesgo de sufrir un golpe de calor. Conversa con el médico de la persona sobre las precauciones que deben seguirse.

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