Esas "piernas cansadas"

Las venas varicosas son a veces una consecuencia de padecer el síndrome de Klinefelter y son venas hinchadas, retorcidas y que a veces duelen en las que hay una acumulación anormal de sangre.
En el caso de las venas normales, las válvulas mantienen a la sangre moviéndose hacia el corazón, mientras que en las varicosas las válvulas no cumplen su función normal y dejan que la sangre permanezca en la vena, represándose y causando hinchazón.
Las venas varicosas son bastante comunes pero afectan por lo general a individuos del sexo femenino. Ocurre casi siempre en las piernas, pero pueden presentarse en partes distintas del cuerpo.
Suelen ser causadas por válvulas que son defectuosas al nacer; por el embarazo o por la tromboflebitis (inflamación de una vena que se produce por un coágulo sanguíneo que puede formarse por estar mucho tiempo sentado, por ejemplo en un viaje largo en avión).
Son síntomas de las venas varicosas las piernas que se sienten “pesadas”, las venas visibles e hinchadas, que a veces duelen; la hinchazón leve en los tobillos, la piel que toma un color marrón en estos y que ocurre en los casos más graves. Pueden formarse úlceras en la piel, cerca del tobillo, en casos muy graves.
El médico diagnosticará el mal con un examen simple al ver las piernas, cuando el paciente está sentado, balanceándolas, o puede pedir una ecografía dúplex que le permitirá observar el flujo de la sangre en las venas de las extremidades o para descartar otros trastornos de las piernas (como un coágulo de sangre).
Lo que se debe hacer es evitar estar de pie por mucho tiempo; hay que usar medias elásticas, especiales y mantener las piernas levantadas al descansar o al dormir.
Es posible que sea necesaria la cirugía u otro tratamiento para el dolor de piernas, que pueden sentirse pesadas o con cansancio; para tratar úlceras en la piel, producto del flujo deficiente de la sangre o para conseguir una mejor apariencia de las piernas.