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Muchos famosos también fueron...
Categoría | ABC
12/04/2016

Muchos famosos también fueron...

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Sí, muchas personas famosas que forman parte importante de la Historia mundial, fueron enfermos de epilepsia: desde César hasta Flaubert; Alfred Nobel y Van Gogh; Lenin, Napoleón, Alejandro Magno, Carlos V y muchos más tuvieron esta enfermedad, cuyas manifestaciones (crisis epilépticas) son muy aparatosas y llaman la atención.
El paciente epiléptico sufre convulsiones involuntarias y que no puede controlar, pierde la consciencia y su mente parece “quedar en blanco” mientras dura el episodio. Luego de este se recupera y no recuerda nada de lo ocurrido. Es muy importante que el enfermo lleve alguna placa o brazalete que indique su condición médica, para que en caso de emergencia, la atención sea lo más inmediata posible. Al enfermo epiléptico, al empezar el ataque, es preferible acostarlo y poner entre sus mandíbulas algo que las separe y evite que con las contracciones se muerda la lengua porque podría partírsela.
Es el médico quien tiene que diagnosticar y tratar la enfermedad y puede recetar fármacos o en algunos casos proponer cirugía. Lo importante es saber que la epilepsia no es una enfermedad mental, sino un trastorno cerebral, por el cual este órgano emite señales rápidas y desordenadas, que al ser traducidas como movimiento, son la causa de las convulsiones.
La epilepsia puede tener un origen desconocido y muchos que sí se conocen: un accidente cerebrovascular o a una isquemia transitoria (accidente en una parte del cerebro por falta de sangre y oxígeno); al uso de ciertos medicamentos antidepresivos, a las anfetaminas o a la cocaína; al mal de Alzheimer, por algún problema cerebral al nacer (mal congénito), a daño cerebral ocurrido antes del nacimiento o durante este, a tumores cerebrales, a la existencia de vasos sanguíneos no normales en el cerebro; a trastornos del metabolismo que se presentan al nacer, a infecciones que pueden ser meningitis, SIDA o encefalitis.
Al paciente en tratamiento hay que recomendarle siempre cumplir estrictamente con lo recomendado por el médico y en el caso de fármacos recetados, ceñirse al tipo y a las dosis indicadas. Una dosis que se obvie o “salte” puede provocar una crisis epiléptica.
Algunas personas con epilepsia tienen una sensación rara (como un hormigueo, sienten un olor que no existe en realidad o tienen cambios emocionales) antes de cada convulsión que se denomina aura.
En el caso de fármacos, los usados para prevenir las convulsiones se llaman anticonvulsivos y pueden reducir el número de crisis epilépticas a futuro; el tipo de
medicamento que se recete va a depender del tipo de convulsión que el enfermo tratado tenga.
Una crisis epiléptica no puede prevenirse y debe tratarse, tal como dijimos, que el enfermo esté cómodo y protegido durante el episodio; lo importante en el caso de los ocasionales testigos, es no asustarse y actuar correctamente.
Se recomienda al enfermo llevar una vida sana y observar una dieta balanceada, que de todas maneras lo va a beneficiar en su salud. Se deben evitar definitivamente las drogas, los estimulantes y el alcohol.
Revisado por la Dirección Científica y Académica de Auna

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