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Un dolor al que no hacemos caso
Categoría | ABC
12/04/2016

Un dolor al que no hacemos caso

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Muchas veces uno no le hace mucho caso cuando duele la garganta y piensa “ya pasará”, seguro es un “enfriamiento” y no le presta atención.
El dolor, lo hemos dicho repetidas veces, es un síntoma de que algo no está bien. Un aviso, para ponernos en alerta, e indica la zona donde se genera el problema.
Nuestra garganta (que tiene el nombre de faringe) es como un tubo que lleva aire a la laringe y comida al esófago: por ella pasan los dos elementos que son vitales para nosotros.
Un dolor de garganta puede ser causado por diferentes cosas, desde una gripe o resfrío, diversas alergias, una inflamación a las amígdalas, llamada amigdalitis; fumar; una mononucleosis (infección viral producida por lo general por el virus de Epstein-Barr u otros microorganismos) hasta una inflamación estreptocócica (producida por un bacteria que se llama estreptococo del Grupo A y que es causante de un 30% de las inflamaciones de garganta).
Para el dolor de garganta, que puede ser muy molesto para deglutir los alimentos y hasta pasar saliva, lo mejor es consultar al médico, quien determinará la causa y recetará el tratamiento adecuado.
Momentáneamente, el dolor podrá aliviarse bebiendo mucho líquido y haciendo gárgaras. Hay analgésicos que se venden sin necesidad de receta médica que podrán ayudar, así como el chupar caramelos de menta, pero esto, repetimos, puede proporcionar un alivio momentáneo al síntoma (dolor); para poder definir y tratar la causa y obtener una curación, hay que consultar al médico, sobre todo si no se obtienen resultados después de varios días.
A los niños NO se les debe suministrar aspirina, que les podría producir el llamado síndrome de Reyes, una enfermedad generalmente fatal si no es detectada a tiempo, que ataca al hígado y al cerebro. Tiene dos etapas y en la primera suele producir letargo, decaimiento, vómitos continuados y en la segunda convulsiones y coma.
Hagámosle caso y no menospreciemos al dolor de garganta como algo pasajero. Consultar al médico sobre el particular no es ser un hipocondríaco, sino preocuparse en serio por la propia salud y estar bien.

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